sábado, 26 de noviembre de 2011

Traidora.

¿Nunca os ha pasado que os gusta la misma persona a varios/as amigos/as? De eso va esta historieta.

Kamikaze y Ninfómana estaban colgadas del mismo chico. Un tío que no paraba de tontear con ambas, y con todo bicho viviente que existiera.

Llegados a este punto se plantean un par de opciones:

-Pelear contra tu amigo/a por el chico/a en cuestión.

-Desistir y dejarle el camino libre a tu adversario.

En mi opinión, yo haría lo segundo, es decir, dejaría que mi amiga atacara primero, la vería estrellarse, me reiría y luego atacaría yo. Es lo mejor, ¿no?

Pero no, ellas deciden luchar por Tomalito (bonito nombre ¿eh?) pero por supuesto haciendo la promesa de que un chico no entorpecería en su amistad. De esta forma, empieza la carrera para ver quien llegará hasta el corazón de Tomi.

La primera en lanzarse fue Ninfómana, y la respuesta del joven fue: gracias, lo tendré en cuenta.

Pero no lo tuvo. ¿Por qué? Pues porque semanas antes Ninfo también le había dicho a un amigo de Tomi que le gustaba y este también le dijo que no. ¿Qué esperábais? De algún sitio le habremos sacado el nombre… Pero bah, eso es otra historia.

Después de la negativa a Ninfo, Kami estaba muy nerviosa porque no entendía cómo le había podido decir que no después de tontear tanto con ella, y por esto, no se atrevía a lanzarse.

Llegó Feria, y el miércoles de barrilá, después de toda una mañana bailando y bebiendo, Kami y yo marchamos a mi casa. Sentadas en mi cama y con ordenador delante le insistí a Kami para que se lo dijera a Tomalito, y así hizo. Dejándoselo escrito en el MSN.

Esperabamos ansiosas la respuesta pero esta no llegaba, y cuando lo hizo, deseé que no lo hubiera hecho. El mensaje decía: Vaya Kami, no me lo esperaba. Gracias.

Mm… Creo que este chico tiene un serio problema, ¿no sabe decir nada más a parte de gracias cuando una chica se le declara?

Kami entristeció, pero nada serio que cuatro días de Feria no pudiese arreglar.

Así llegó el sábado de Feria, ambas (Kami y Ninfo) deseosas de salir para poder verlo, pero ¿cuál fue la sorpresa? Tomi pasó de ellas toda la noche y se centró en otra amiga nuestra con la que acabó liándose y más tarde pidiéndole salir. Imaginaos las caras de estas dos cuando los vieron tan juntitos, no querían dejarlos solos en toda la noche pero en un descuido, sucedió.

Desde ese día y por varias cosas que pasaron después, la tercera chica pasó a llamarse Traidora, un nombre que, en mi opinión, le viene al pelo.

Pasó el tiempo y todo se olvidó, los tres (que luego fueron cuatro) quedaron tan amigos, como siempre lo habían sido.

¡Un abruzo!

Escrito por: Poyella.


sábado, 19 de noviembre de 2011

La cobra Taca-taca

Todo empezó un día de estos en los que te aburres mucho, tanto como para ser capaz de meterse en el sitio más vergonzoso de internet, y no es una página porno sino un CHAT.

Y claro qué vas a encontrar ahí aparte de animales salvajes, yo os lo diré… absolutamente nada. Aunque en aquella ocasión Poyella se encontró con algo totalmente inesperado, fue tal su sorpresa que casi salta de la silla al toparse con semejante personaje.

Bueno, pues mi amiga se puso un Nick parecido a Thu-MoRena-to-ReShuloNa y claro quién es el guapo que se resiste a semejante pseudónimo.

Todo tipo de cosa viviente empezó a acosarla incluso uno que se hacía llamar El bombero.

El chico y esta comenzaron a conocerse, el muy pesado insistió e insistió para que le pusiera la cosa que más aterra a Poyella… una webcam y finalmente logró convencerla.

Después de acicalarse un poco la inocente muchacha inició la video-llamada y digamos que el temita estaba calentito. Ella esperaba encontrarse al muchacho guapo de la foto pero en lugar de encontrarse con la cabeza de arriba de este, se encontró con la de abajo, la cual tenía bastante más llena que la primera.

Como buen bombero, el muchacho estaba dispuesto a apagar el fuego con su manguera pero Poyella nerviosa sin saber qué hacer con esa gran cosa finalizó la video-llamada.

Y fue en este momento cuando mi amiga aprendió una lección muy importante: no le pongas nunca una webcam a un total desconocido… o no la apagues cuando más interesante está la cosa.

¡Un abruzo!

Escrito por: Kamikaze


sábado, 12 de noviembre de 2011

Sí, sí, sí, Simba.

Nants ingonyama bagithi baba
Sithi uhm ingonyama
Nants ingonyama bagithi baba
Sithi uhm ingonyama
Siyo nqoba
Ingonyama nengw' enamabala...

(Música del Rey León).

Todo empezó una tarde en casa de Mosquita Muerta, donde estando aburridas las cuatro (Kamikaze, D, Mosquita Muerta y Poyella) deciden entrar en una página de estas tan famosas hoy en día donde se conoce a mucha gente… ¿Sabéis cual os digo no? Sí, esa.

Pues conocimos a un chico al que le pusimos como mote “león de la metro”, llamado así porque tenía el pelo súper alborotado, como cuando Simba en la película sale del agua y se escurre el pelaje… Pobre cachorrito, cuantos enredos…

En una de estas el chico se fijó de entre las cuatro, en una en especial. Si, se fijó en Kamikaze… Y yo me pregunto el por qué, sinceramente no entiendo que le vio… (Aaiii que te quiero Kamii)

Recuerdo que casi todas se quedaron colgadas del niño este, bueno niño… quien dice niño quiere decir abuelo porque el “hombre” tenía veinte años en cada pierna (sí, exagero ¿qué pasa? Soy andaluza, es nuestra especialidad). Pero por suerte, como ya he dicho, él se quedó prendado de ella y ella de él. Y de esta forma nació una bonita historia de… ¿domación?

Empezaron ya ellos a hablar todos los días, a tontear, a llamarse con apodos cariñosos como osito, peluchín, cosa fea y rara,… Pero hubo un día muy especial en el cual Kamikaze se quedó babeando (más que el resto de días) ya que este dijo: para tus bonitos ojos, boca y cuello. ¡Ah! Sí, que se me olvidaba, este chico tenía una rara obsesión con los ojos de Kami, los veía bonitos…

Dio la casualidad de que el cumpleaños de Kamikaze se aproximaba, así que todas las demás decidimos gastarle una broma con este tema y le regalamos objetos de tela de leopardo, todo súper cuco y divertido, ya que pensamos que iba a durar pero nos equivocamos estrepitosamente. Un día de buenas a primeras, nuestro queridísimo león de la metro desapareció sin dejar rastro. Kamikaze quedó destrozada, ¿qué iba a hacer ahora sin su peluchín?

Pero no venga, ahora hablando en serio. Estas son lecciones que te da la vida. Aquí Kamikaze aprendió que nunca jamás de los jamases hay que fiarse de un animal.

En resumen, zoofílicos no, gracias, hay que dejarlos humanizarse.

¡Un abruzo!

Escrito por: Poyella.


sábado, 5 de noviembre de 2011

Teleoperadora, ¿dígame?

El personaje protagonista de esta breve historia es Platero y Yo. Sí, habéis leído bien, Platero y Yo, no os habéis equivocado y no os habéis metido en un blog de literatura, de hecho me está costando bastante escribir bien.

Después de dejar claro que soy un desastre escribiendo, creo que podemos comenzar con el relato.

Todo comenzó cuando una llamada desconocida llegó al móvil de Poyella, no se trataba de Telefónica, Scream o algún psicópata obseso sino más bien de un BURRO, el cual no veía más allá de sus narices. El burro y mi amiga empezaron a hacerse amigos, a hablar más por teléfono y a tontear en plan:

  • Cuelga tú.
  • No, cuelga tú.
  • Bueno, los dos a la vez.
  • A la de tres; 1, 2, 3.
  • Jooo, no has colgado… etc, etc, etc.

Pero Poyella cometió un terrible fallo, se hizo pasar por la buenorra de su prima. (Aviso a navegantes, y nunca mejor dicho: Nunca hagáis esto, pues si no nos quieren por quienes somos ese amor no va más allá de una simple mentira).

Poyella, como es normal se sentía triste, gris, taciturna, mustia, plomiza, lúgubre, como el museo (Rovi, te quiero) y en una de estas llamadas le dijo que le mintió y que en realidad no era esa persona.

Platero además de hablar con Poyella comenzó a hablar también con nuestra amiga Ninfómana, y cómo podéis deducir por su nombre esta no se quedó quietecita precisamente (de hecho, le gusta más un meneo que a un tonto un lápiz). Ella y el animal en cuestión, comenzaron a hablar y a tontear y a bueno… lo mismo que hizo antes con Poyella pero ahora con la Ninfo.

Aquí es donde pega la frase de: “Para amigas así, quién necesita enemigas.”

Y es así, como al final el Burro se olvidó de Poyella y se quedó con la Ninfómana. A la que dejó también poco después, puesto que tampoco era un bellezón. (Ninfómana, a ti también te quiero mucho).

Moraleja: La zoofilia es mala, os habla la voz de la experiencia (un león, un pez y un perrito faldero y todos fracasos absolutos). Así que Poyella y resto de lectores, pasad de los burros que solo buscan un cuerpo escultural y una cara bonita, no merecen absolutamente la pena.

¡Un abruzo a todos!

Escrito por: Kamikaze